Esas mañana de frío intenso. Esos días que son perfectos para quedarse en casa, estar resfriado y esperar a que mamá nos traiga una taza calentita de café. Leer un buen libro mientras escuchamos las noticias, imaginando que podríamos estar fuera bloqueados por la nieve... o tiritando de frío.
Así deberían ser las mañanas de invierno.
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Todas las palabras nos llegan al alma, pero prefiero recordar aquellas que hacen caricias.
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