Estamos a fines de diciembre y todavía no caemos que ya pasó otro año. Un año más, como todos los otros. Donde aprendimos cosas nuevas, y olvidamos cosas viejas. Cumplimos objetivos y dejamos otros pendientes para más adelante. Reímos de felicidad... porque un viejo amigo dijo que reír nos llena el alma. Nos escondimos un rato para liberar nuestra tristeza... porque dicen que llorar alivia al corazón. Conocimos personas nuevas que se ganaron un rinconcito en el cajon de nuestros recuerdos, pero tambien desconocimos otras personas que fueron a parar al sobre de la desilucion. Nos asustamos por momentos, y nos aliviamos por otros. Supimos acostumbrarnos a cosas nuevas, porque si no miramos hacia adelante jamás podremos avanzar. Logramos olvidar recuerdos del pasado, para volver a sonreír.
Y así seguimos, tropezando un poco con cada piedra que se cruza en nuestro camino, y aprendiendo otro poco más. Pero siempre firmes, dispuestos a curar nuestros pies luego de cada tropezón y a crear con cada piedra nuestro gran castillo.